El despertador de tu celular comenzó a sonar, impidiéndote que siguieras durmiendo; sonaba una y otra vez. Entre dormida lo buscabas entre las sábanas, luego entre las frazadas y por último debajo de la almohada, en donde lograste detenerlo. Refregaste tus ojos y te levantaste. La luz del sol impedía que pudieras ver nítidamente; te dirigiste al baño, te duchaste y fuiste al comedor para desayunar. Allí se encontraban tus padres, Gregorio tomaba su taza de café y leía el periódico, como acostumbraba a hacerlo todas las mañanas antes de irse a trabajar. Tu madre, Mary, se encontraba al otro extremo de la mesa, alistando algunos archivos del trabajo.
Tú: Buenos días
Gregorio: Buenos días princesa ¿Cómo dormiste?
Tú: Bien, gracias
Mary: (Tu nombre) recuerda que hoy sales de vacaciones y eso significa que … *la interrumpes*
Tú: En una semana más nos iremos de viaje
Mary: Así es, así que espero que comiences a alistar tus cosas. No me agradaría saber que lo hicieras a última hora como de costumbre
Tú: Está bien …
Narras tú:
Odiaba el último día de clases, ya ni ánimo me quedaba para comenzar a arreglar mis maletas. Menos cuando se trataba de viajar a un lugar donde no conozco a nadie. Sólo mis padres y yo, que aburrido ¿No?. Así es, nada interesante para este verano.
Luego de aquella “extensa” conversación con mis padres, me despedí de ambos y partí rumbo al colegio. Alice, mi querida amiga Alice, se encontraba en la esquina esperándome como era común. Luego de saludarnos y caminar una cuadra más o menos, llegó Chris. Así que nos fue a dejar y esperó hasta que entráramos al establecimiento.
Las horas pasaron rapidísimo, las clases llegaron a su fin. Me despedí de algunos compañeros y me fui rumbo a mi casa junto a Alice …
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